Los trabajadores suspendidos: Una mirada desde dos fuentes de datos

 
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Desde que se suspendieron las clases el fin de semana del 15 de marzo en Chile, el covid19 ha causado la recesión mas grande que tenga memoria gran parte de la población chilena. Aunque esta crisis aún está en desarrollo, muchos la comparan con la de 1982. Ese año, el PIB cayo un -11% y en 1983 un -5%, versus el -6,7% que está proyectado para este año, de acuerdo con la encuesta de expectativas económicas que mide el Banco Central.

Una de las diferencias de esta crisis, con la de 1982-1983, es la respuesta en términos de políticas públicas. En lo que sigue, quiero enfocarme en el mercado del trabajo, y ahí se destaca la Ley de Protección al Empleo. Hay que recordar que en 1982 no había seguro de cesantía, recién se creó en el gobierno del presidente Lagos en 2002, veinte años después.

La ley básicamente le entrega una nueva herramienta a las empresas y trabajadores, que puedan suspender las relaciones laborales mientras pasa la crisis. En el intertanto, parte del sueldo lo paga el seguro de cesantía.1 Al 28 de junio un total de 664 mil trabajadores y 106 mil empresas se han acogido a esta modalidad. El 60% son hombres y el 85% tiene contrato indefinido.

¿Cómo se contrasta esta cifra con la encuesta de empleo del INE?

De acuerdo con sus resultados, las personas entre 18 y 59 años que la semana pasada no trabajaron, porque sus labores están suspendidas temporalmente, fueron 621 mil personas; 51,5% de ellas mujeres.

Si uno mira la distribución por regiones se observa una gran diferencia entre ambas fuentes. Una posible explicación, es que los datos del INE atañen a la región donde vive la persona (o donde fue encuestada). Mientras que los datos del seguro de cesantía corresponden a la región donde se encuentra la casa matriz de la empresa donde trabaja. Es decir, el 68% de los trabajadores acogidos a la ley son de empresas que tienen su casa matriz en la Región Metropolitana, pero solo el 54,2% vive en ella. Por lo tanto, el restante 14% vive y trabaja para esa empresa en otras regiones. Un posible lugar donde se encuentran esos trabajadores es en la Octava Región, donde los colaboradores suspendidos según el INE, son muchos más que los suspendidos según el seguro de cesantía.

Esta diferencia es relevante para el diseño de la recuperación económica y los trabajadores beneficiados. Los datos del seguro de cesantía muestran una imagen más centralizada, por cómo se construyeron, que los datos del INE. Sería muy positivo que la tabla 7 que publica la súper de pensiones se construya sobre las regiones donde están inscritos los trabajadores.

Es importante para la recuperación diseñar bien como estas empresas, que tienen empleo en todo Chile, puedan volver a incorporar a los trabajadores suspendidos. Permitir que la vuelta al trabajo sea flexible y diferenciada por zona geográfica es muy importante. Es decir, algunas empresas van a querer que sus trabajadores en la Octava Región puedan regresar antes que quienes están en la Región Metropolitana, por ejemplo, porque los contagios son mucho menores en el sur que en la capital.

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Lo más complejo será activar rubros que tienen mucho contacto físico, como son los de alojamiento, comida y parte del comercio. Ahí es clave la flexibilidad para que las empresas puedan decidir en qué momento volver a trabajar y, es vital, que mientras tanto sus colaboradores puedan seguir recibiendo ayuda del seguro de cesantía.


[1] Me toco exponer en la Comisión de Hacienda sobre las modificaciones del seguro en este contexto y también en la comisión de usuarios del seguro de cesantía sobre una mirada mas de largo plazo hacia donde debería ir este sistema.


 
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