La lectura del plebiscito que fundó los cimientos de la batalla que se dará en las constituyentes

 

Por Cristóbal Huneeus
Director de Data Science en Unholster


1.- Introducción

El plebiscito del 25 de octubre de 2020 fue un momento histórico para los chilenos, tanto para quienes fueron a votar como aquellos que se abstuvieron. Chile inició ese día un proceso inédito en su historia, que culminará con la redacción de una nueva Constitución por representantes elegidos en las urnas, la que deberá ser ratificada o no en un nuevo plebiscito, con voto obligatorio. Independientemente de su resultado, este proceso tendrá consecuencias duraderas para el país.

Se aborda en estas líneas la interrogante de quiénes acudieron a las urnas en el plebiscito de 2020 y cómo se compara la participación que tuvo con la elección presidencial de 2017. El objetivo es comprender el comportamiento electoral de los chilenos, porque esas mismas personas serán las que probablemente elijan a los constituyentes en la elección del 11 abril de 2021[1]. Este documento fue concebido para esos candidatos, de modo que sepan donde tienen que hacer campaña y a quienes deben motivar. Es una forma de contribuir a que haya una sana competencia. 

2.- Los inscritos nuevos y antiguos y las elecciones de 2017

El comportamiento electoral de los chilenos se puede analizar a partir de la conducta de dos grupos: los inscritos antiguos y nuevos (Huneeus, Lagos y Díaz, 2015). El hecho fundamental que los separa es su fecha de inscripción en los registros electorales: si fue antes o después de la instalación del registro automático y el voto voluntario en 2012. 

Los antiguos se inscribieron antes de 2012 en los registros electorales. Lo hicieron bajo el sistema anterior, de inscripción voluntaria y voto obligatorio; en cambio, los  nuevos son aquellos incorporados automáticamente con la ley de 2012[2]. A partir de ese momento todos los que cumplen 18 años quedan automáticamente en el padrón electoral. 

La gran mayoría de los inscritos antiguos se inscribieron para el plebiscito de 1988. En la elección de 2017 un 36% correspondió a quienes lo hicieron en 1987 y 1988. 

Para el siguiente análisis dividimos al electorado en ocho grupos compuestos por tipos de inscritos: I.N por nuevo e I.A. por antiguo, y tramo etario, 18-29, 30-49, 50-70 y más de 70[3]. Los resultados de varios de los gráficos son cálculos realizados por Unholster a partir de datos a nivel de mesa, unidos con información proveniente del padrón electoral[4].

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La participación electoral en la primera vuelta de la elección presidencial de 2017 fue del 46,7%. En promedio, de los inscritos nuevos votó el 30%, mientras que de los antiguos fue un 61%. Esto no es sólo consecuencia de la edad, pues en el grupo de personas entre 31 y 50 años, donde hay inscritos nuevos y antiguos, la tasa de participación de los primeros fue casi la mitad de la del segundo grupo (Gráfico 1). 

Se observan fuertes diferencias en las preferencias de inscritos nuevos y antiguos para la elección presidencial de 2017. Entre los inscritos nuevos, la candidata Beatriz Sánchez, del Frente Amplio, obtuvo una mejor votación (32%) que entre los inscritos antiguos (13%). En cambio, Alejandro Guillier, de la Fuerza de la Mayoría, logró mejor votación entre los inscritos antiguos (25%) en comparación con los nuevos (16%). El entonces candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, consiguió más votos que Guillier en los inscritos nuevos, y entre los inscritos antiguos fue quien logró la más alta votación (Gráfico 2).[5]

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Sánchez ganó en los inscritos nuevos entre 18 y 30 años, mientras que Guillier no obtuvo ventaja en ningún grupo, y Piñera se impuso en todos. Guillier pasó al balotaje porque logró mejor votación que Sánchez entre los inscritos antiguos, quienes para la elección de 2017 representaron el 72% de los votantes. 

En resumen, los inscritos nuevos votaron en menor proporción y por opciones más de izquierda que los inscritos antiguos, quienes sufragaron en una mayor proporción y por opciones más de centroderecha. 

 3.- Plebiscito de 2020

La reforma a la Carta Fundamental del 24 de diciembre de 2019 fijó la fecha del plebiscito constitucional para el 25 de abril de 2020, pero debió ser pospuesta al 25 de octubre debido a la pandemia y las cuarentenas. La pandemia llevó a que la propaganda del plebiscito fuese mucho más digital que en campañas anteriores. 

 3.1.- Resultados

Un total de 7,56 millones de chilenos votaron en el plebiscito del 25 de octubre, lo que representa una tasa de participación del 50,9%, la mayor que se ha registrado desde el inicio de la inscripción automática y el voto voluntario en 2012. Sin embargo, esta tasa fue inferior a la que anticiparon las encuestas. La participación fue más alta en la Región  Metropolitana y más baja en la de Aysén (Gráfico 3).

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Al analizar el plebiscito de 2020 por grupos etarios y tipo de inscritos se observa que la participación de los inscritos nuevos y antiguos fue más equilibrada. En efecto, el promedio de participación de los primeros fue del 50%, mientras que entre los inscritos antiguos llegó al 54,5%. 

Respecto a las dos preguntas del plebiscito, el Apruebo obtuvo el 78,3% de las preferencias y la Convención Constituyente el 79%. Atacama fue la mejor región para el Apruebo, donde logró el 86% de las preferencias (Gráfico 4) y al Rechazo le fue mejor en la región de la Araucanía, donde consiguió el 29,1% de los votos. 

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Se puede apreciar que las regiones de Atacama, Coquimbo y Antofagasta lideran las preferencias por el Apruebo y la Convención Constituyente en las dos preguntas del plebiscito y Ñuble y Araucanía están al final (Gráfico 5).

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El Rechazo sólo triunfó en las tres comunas más ricas de Chile, Vitacura, Las Condes y Lo Barnechea[6]. En cambio, las tres comunas donde mejor resultado tuvo el Apruebo fueron Freirina, María Elena y Diego de Almagro, y las donde mayor porcentaje logró la Convención Constituyente fueron Huasco, Freirina y María Elena, todas en el norte del país. 

Se observa que los inscritos nuevos votaron en mayor proporción por el Apruebo que los inscritos antiguos, en especial en el grupo de 30 a 50 años. Entre los inscritos nuevos el 75% votó Apruebo, mientras que entre los antiguos fue el 68%. El grupo etario en que una menor proporción se inclinó por el Apruebo fueron los inscritos antiguos mayores de 70 años, donde consiguió el 52% de las preferencias. 

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3.2.- Propaganda por radio y televisión

De acuerdo con la información entregada por el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) el rating de la franja del plebiscito de 2020 alcanzó un 40% en el horario de la noche y 20% en el de mediodía. Esto representa un incremento importante respecto al rating del 30% que hubo durante la primera vuelta de 2017 en el horario nocturno y el 15% en el mediodía. Se ignora qué proporción del aumento es atribuible a la pandemia porque las personas veían más televisión durante las cuarentenas. 

En las radios, la propaganda fue mayoritariamente del Rechazo. De acuerdo con información del Servel, el gasto total fue de $ 275 millones, de los cuales sobre el 80% se destinó al Rechazo. El partido que más propaganda realizó fue Renovación Nacional, con $ 83 millones, seguido por la organización “De Ti Depende” con $ 68 millones (Gráfico 7).

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Cuatro radios concentraron el 75% del gasto en propaganda: Iberoamericana ($ 88 millones), Biobío  ($ 57 millones), Chilena con Comunicaciones ($ 31,8 millones) y Corporación ($ 30,3 millones). 

¿Dónde y cuándo mostraron publicidad radial el Apruebo y el Rechazo? El Servel exige a las radios inscribirse en su plataforma para poder emitir publicidad, pero no les pide una copia del mensaje ni la frecuencia con que se difundirá. Dada esa falta de información pública, fue necesario construir una base propia de datos.

Para ello se grabaron las emisiones de 11 radios entre el 1 y 22 de octubre (Imagina, Corazón, Cooperativa, Biobío -señales de seis ciudades-, Pudahuel y Valparaíso) y se analizó la aparición de la propaganda. Se encontró un total de 1.307 transmisiones entre el 1 y 22 de octubre, donde el 60% se concentró entre el 16 y el 22 de octubre, especialmente por parte del Rechazo, como se aprecia en el Gráfico 8.

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Los fines de semana casi no hubo publicidad en esas radios. La opción Rechazo tuvo muchas más apariciones que el Apruebo; por cada transmisión de la propaganda del Apruebo había 10,7 de la opción del Rechazo. En el periodo estudiado hubo en total 112 transmisiones de propaganda del Apruebo y 1.195 del Rechazo.

Si se observan las apariciones según sus horarios, se advierte que el Rechazo crecía durante el día llegando al máximo a las 17:00 horas, para después caer. El Apruebo, en cambio, estuvo más focalizado y tuvo mayor frecuencia a las 9:00, 13:00 y 19:00 horas. Se podría decir que esta última opción, dado su menor presupuesto, estuvo más centrada en franjas claves y el Rechazo, con mucho más presupuesto, lo hizo a toda hora (Gráfico 9).

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El horario con más transmisiones de propaganda del Rechazo fue entre las 15:00 y 17:00 horas. De acuerdo con información pública de IPSOS, con datos de marzo, esos eran los horarios con menor audiencia. Por tanto, una explicación podría ser que la mayor frecuencia en esa franja horaria no haya sido por la audiencia, sino que por razones comerciales para cumplir con la cantidad de apariciones contratadas. Una segunda hipótesis sería que el Rechazo tuvo más frecuencia en ese horario por las audiencias a las cuales quería llegar, como los jóvenes. 

El análisis de la franja horaria de la publicidad también refleja que el Rechazo apareció mucho más en todos los horarios que el Apruebo, aunque se concentró al principio, al medio y al final de cada hora, en los minutos 11, 32 y 58. El Apruebo, sin embargo, fue más parejo.

4.- Cambios de participación entre 2017 y 2020 

La participación subió entre la primera vuelta de 2017 y el plebiscito de 2020 del 46,7% al 50,9%. El aumento no fue parejo en el país, subiendo más en las regiones Metropolitana, de Valparaíso y Antofagasta y cayendo en otras como Ñuble, Maule y La Araucanía (Gráfico 10).

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El aumento de participación se compuso de dos factores. En primer término, un incremento muy importante en la asistencia a las urnas de los inscritos nuevos, desde un 30% en la primera vuelta de 2017 a un 50% en el plebiscito de 2020, y en segundo lugar, una caída entre los inscritos antiguos del 61% al 54% en el mismo período (Gráfico 11).

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Diversos factores pueden explicar el incremento de la participación en 2020, aunque el primordial parece ser el sentido épico de esta elección, pues por primera vez en la historia chilena se vota para iniciar un proceso que escribirá una nueva Constitución[7]. Es difícil poder cuantificar este fenómeno, pero sin duda desempeñó un papel. Otro elemento que influyó es la mayor cantidad de locales de votación que dispuso el Servel producto de las normas sanitarias, los que aumentaron de 1.932 a 2.492 entre 2017 y 2020, en un crecimiento variable según comunas. Al haber más locales, la probabilidad de que uno de ellos quede más cerca de la vivienda del votante es más alta y eso puede motivar a un mayor número de personas a acudir a las urnas. Los datos confirman este efecto, pues en los distritos donde aumentaron más los locales de votación, creció más la participación. En el distrito 8, por ejemplo, la cantidad de locales subió de 89 a 133, un 49,4%;mientras que la participación se elevó en algo más del 20% (Gráfico 12).

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Otro factor, sin embargo, puede haber afectado negativamente la participación, debido al efecto Covid-19 y el temor de algunos votantes por la posibilidad de contagiarse al momento de ir a sufragar. La caída en la participación de los mayores de 50 años sugiere que este efecto puede haber estado presente. 

El aumento de participación de los inscritos nuevos fue más elevado en aquellas comunas con una mayor proporción de jóvenes que llegaron sólo hasta la enseñanza media. Específicamente, en la Región Metropolitana se encuentra una correlación positiva entre el aumento de participación de los inscritos nuevos de 18 a 30 años y el porcentaje de ese grupo que tiene solo educación media, como se observa en el Gráfico 13. 

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Este aumento de participación no es la continuación del espíritu de las protestas del 2011, que fueron principalmente protagonizadas por universitarios, sobre todo los dirigentes que la lideraron, sino al contrario, se explica más por jóvenes que no están yendo a la educación superior. ¿Será su sueño poder acceder a ella o quieren vivir en un país donde sólo con educación media también se pueda llegar lejos? 

El aumento de participación no fue neutro, en términos de preferencias, pues lo que se aprecia es que en aquellas comunas donde más creció la participación respecto a la primera vuelta de 2017, más votos obtuvo el Apruebo (Gráfico 14). 

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5.- Implicancias y conclusiones

Aunque Sebastián Piñera triunfó en la segunda vuelta presidencial en 2017, la irrupción de un nuevo grupo de dirigentes cambió el escenario político de Chile al menos por los siguientes cuatro años. Con el 20,3% de las preferencias presidenciales y 20 diputados, Beatriz Sánchez y el Frente Amplio fueron la gran sorpresa de la elección presidencial de 2017. Sánchez obtuvo su mejor votación en los inscritos nuevos menores de 30 años, con un 40,2% de las preferencias. Este mismo grupo vio aumentar su participación desde un 30% en la primera vuelta presidencial de 2017 a un 50% en el plebiscito 2020. 

¿Será la elección de la constituyente en abril de 2021 la continuación del fenómeno que se vivió en la primera vuelta de 2017? No se sabe, pero la correlación del aumento de la participación con la educación media hace suponer que el fenómeno puede ser diferente. Solo se puede vislumbrar que la irrupción de más votantes jóvenes modificó el eje de la discusión y, sin sus votos, será difícil que los candidatos a la Convención Constitucional puedan resultar elegidos.


[1] Este es un supuesto, algunos sostienen que la gran cantidad de candidatos para la elección de constituyente puede desincentivar la participación y que esta será menor que la del plebiscito. 

[2] Ley N° 20.568, del 31 de enero de 2012, estableció la inscripción automática y el voto voluntario.

[3] Las categorías son tipo de inscrito seguido por el tramo etario; por ejemplo, I.N<30 para inscritos nuevos 18-29 años; I.N 30-50; inscritos nuevos 30 a 49 años y así sucesivamente. 

[4] Se estima un modelo de elección discreta, donde la persona elige entre no votar o hacerlo por alguno de los candidatos. Lo que se muestra son los resultados agregados del modelo. 

[5] Los porcentajes del gráfico 2 provienen de cálculos propios usando datos a nivel de mesa y el padrón electoral.

[6] Además triunfó en una cuarta comuna, la Antártica. Sin embargo, ésta sólo es habitada por miembros de las ramas de las Fuerzas Armadas y civiles dependientes de estas, por lo que no fue incluida.

[7] La simplicidad de la votación también pudo haber influido, pues se votaba por una idea y no por una persona.

 
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