Columna: Crisis de las Isapres, el éxodo de los jóvenes

 

Por: Cristóbal Huneeus, director de Data Science de Unholster.

Al contratar un seguro de salud, las personas comparten el riesgo de eventuales costos médicos. Sin embargo, si los individuos saludables abandonan el seguro, este debe aumentar sus precios para los restantes, un fenómeno conocido como "selección adversa". Este término fue acuñado por el economista George Akerlof en 1970, quien explicó cómo esta dinámica puede incluso provocar la desaparición de un seguro, ya que los precios necesarios para su sostenibilidad se vuelven inasequibles. Akerlof fue galardonado con el premio Nobel de Economía en 2001 por su estudio sobre este proceso, que evidencia cómo la fuga de clientes ¨sanos¨ puede dejar al seguro solo con aquellos más propensos a enfermar, encareciendo y comprometiendo su viabilidad. ¿Qué pasa en Chile en esta materia? Miremos los datos.

Entre septiembre de 2016 y septiembre de 2023, las isapres experimentaron una significativa disminución de usuarios, perdiendo 222.716 cotizantes, lo que representa una caída del 11,2%. Sorprendentemente, 222.328 de estas bajas se produjeron en el último año. Este éxodo hacia Fonasa es atribuible a una combinación de factores, entre éstos los notables incrementos en los costos de los planes o demoras en los reembolsos. Sin embargo, lo verdaderamente crucial no es simplemente la migración en sí, sino más bien identificar el perfil de quienes están optando por este cambio.

En medio de esta crisis, una persona saludable en una isapre, consciente de su baja probabilidad de enfermar, migra a Fonasa, una tendencia acentuada por el constante aumento de los precios de los planes de isapres hasta el fallo de la Corte Suprema en diciembre de 2022. Y, ¿quiénes son los más saludables? Aunque no se pueda identificar con certeza, generalmente los jóvenes. Y esto se observa en el cambio demográfico de los cotizantes: los cotizantes de 26 a 30 años bajaron del 10,6% al 8,8%, mientras los de 41 a 50 años aumentaron del 24,1% al 24,9%.

Por lo tanto, en esta crisis en que los afiliados sanos prefieren Fonasa, el peso recae en que a aquellos con mayores riesgos de salud que permanecen en el sistema, ya sea por tratamientos actuales o condiciones preexistentes, se les elevan los precios, a pesar del fallo de la Corte Suprema. Es decir, un grupo más pequeño y con más necesidades de salud enfrenta una mayor carga financiera, evidenciando un ciclo desfavorable en el que los aumentos de precios pueden perpetuarse, afectando la accesibilidad y la sostenibilidad del sistema de salud privado.

 
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