Municipales 2024: El desafío de ganar, gobernar y apostar por el desarrollo

 

Por: Cristóbal Huneeus, director de Data Science de Unholster

El 25 y 26 de octubre elegiremos alcaldes, concejales, consejeros regionales y gobernadores. Muchos ven estas elecciones como un barómetro de la contienda presidencial del próximo año. Pero ojo, los últimos gobiernos nos han demostrado que ganar las elecciones municipales y presidenciales es solo el primer paso; gobernar es un desafío aún mayor, y lograr el desarrollo del país, la prueba más compleja por aprobar de todas. El verdadero reto es alinear estos tres objetivos: ganar, gobernar y alcanzar el desarrollo, y el puntapié inicial se dará en los próximos comicios.

De los 345 municipios, 273 tienen menos de 50 mil inscritos, mientras que 82 concentran al 72,3% del electorado. La tentación de enfocarse en estas últimas es alta, debido a su peso electoral y sus diferencias demográficas y socioeconómicas. Según la Casen 2022, en las comunas más grandes, el 43% de los mayores de 17 años tiene más de 12 años de educación; el 58% es propietario y el ingreso promedio es de $941 mil ($ Sep 2024). En comunas más pequeñas, solo el 23% tiene ese nivel educativo, el 68% es propietario y el ingreso promedio baja a $621 mil. Así, la campaña tiende a centrarse en los más educados, de mayores ingresos y áreas urbanas.

Sin embargo, este enfoque ignora una realidad crucial para el desarrollo nacional: la dificultad para aprobar y ejecutar proyectos de inversión, especialmente en zonas menos pobladas.

Un análisis hecho por Unholster revela que, de los proyectos ingresados en los últimos 10 años al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), el 57% de los proyectos que no fueron aprobados están en las comunas con menos de 50 mil inscritos, representando el 58% de la inversión rechazada. El reciente rechazo del proyecto Central Bombeo Paposo de Colbún es un ejemplo de esa tendencia: está ubicado en la comuna de Taltal, con 10.303 inscritos.

La campaña debe ir más allá de las 82 comunas y abarcar todo el país, buscando convencer a los habitantes de lugares más pequeños que el desarrollo es un esfuerzo conjunto. De lo contrario, las autoridades locales electas en esos municipios sentirán que no es su responsabilidad contribuir al progreso nacional ni encausar las demandas locales sobre estos proyectos, lo que dificultaría la aprobación de aquellos que cumplen con la normativa.

Se podrá ganar y gobernar con las 82 comunas, pero para alcanzar el tan anhelado desarrollo necesitamos las 273 comunas restantes. Es ahí donde hay serios déficits de progreso y una resistencia cada vez más creciente a proyectos de inversión que beneficien a todo el país. Ya es hora de que la política juegue su rol; este ciclo electoral es crucial para ello.

 
El MercurioAlicia Hamilton