Plebiscito en Chile: sigue Constitución de la era Pinochet

 

Mayoría de 55% vota por el“no”; el Ejecutivo cambia la página y llama a garantizar objetivos que siguen pendientes; recrimina el “hastío” a la oposición, que celebra a medias revés al poder.

El Gobierno de Gabriel Boric fracasó por segunda vez en su intento por borrar la Constitución de la dictadura militar de Augusto Pinochet al repetir el “no” de 2022, pues 55 por ciento de la población rechazó la propuesta redacción.

Ante el nuevo tropiezo, el presidente de izquierda admitió su derrota, que mantiene vigente la Carta Magna que los rige desde la década de los 80, y sentenció, con el recuento al 99 por ciento, según datos del Servicio Electoral de Chile (Servel) y de Decide Chile, que en su gestión “se cierra el proceso constitucional; las urgencias son otras”, no sin antes admitir que siguen en deuda con los chilenos, como refrendó su vocera Camila Vallejo, pues ayer apagaron sueños.

Boric recalcó en un mensaje a la nación, como reveló previo a la convocatoria de este domingo, que no habrá un tercer plebiscito para evitar repetir errores que dañan a la nación.

Por ello, el líder llamó a todas las fuerzas políticas de Chile a un mayor entendimiento y dejar atrás la lucha de trincheras en favor del futuro nacional.

Sin embargo, pese al discurso en favor de la confianza y la unidad, lanzó un golpe a la oposición, al responsabilizarla del resultado “contundente”, pues recriminó que ésta buscara usar el ejercicio democrático en su contra, como un intento de referéndum gubernamental, y con “campañas de terror” y recordó que esta nueva redacción fue encabezada por la derecha y la ultraderecha, un fuerte contraste en comparación con la propuesta inicial calificada de “progresista”.

Al final, ninguna unificó las demandas de los chilenos, que parecen conformes con el legado de Pinochet en vez de dar el siguiente paso.

El presidente refirió en un mensaje de poco más de 10 minutos tras una jornada de casi mediodía que en vez de traer la esperanza, como se buscaba, generaron “frustración y hastío”, lo que debe ser un llamado de atención para políticos y ciudadanía en general para romper con la arrogancia, sin aludir a alguien directamente, pues algunos chilenos se dijeron incluso decepcionados.

Para el Ejecutivo es claro que al pueblo no lo entusiasmó un proyecto de mínimos cambios bajo la visión conservadora de una mayoría en el Congreso comandada por el exaspirante presidencial José Antonio Kast, y totalmente opuesto al presentado en septiembre de 2022, pues la población no se identificó con el plan que respaldaron los exmandatarios Michelle Bachelet y Sebastián Piñera para garantizar la estabilidad nacional.

Al respecto, destaca que a diferencia del año pasado hubo más votos por el “sí” con el respaldo de 44 por ciento (5.4 millones de chilenos). Y, aunque quedó corto, representó 600 mil sufragios más que los que aprobaron dejar en el pasado la Carta Magna de un régimen que llegó al poder con un golpe de Estado.

Por ello, el Gobierno recalcó que no irá a un tercer intento en lo que resta de su gestión —marzo de 2026— en medio de la polarización y división que prevalece, pero confía en retomar el rumbo para potenciar al país al enfatizar que reinventarse no es un acto de un día para otro.

Pese a la derrota, el izquierdista resaltó que la de ayer fue un jornada “en orden y calma” en la que se fortaleció la democracia, al respetar la decisión de una mayoría. No obstante, pidió no ignorar a las minorías, pues éstas también tienen demandas y reclamos al poder.

Asimismo, comparó la situación con un juego de futbol al afirmar que ahora el balón está en el piso y pueden cambiar el panorama. Por ello, da vuelta a la página sin ánimos derrotistas al definir sus nuevas prioridades, que no interrumpen la solidez democrática, pues la gente no puede seguir esperando en temas esenciales, como la reforma de pensiones, el pacto fiscal, la seguridad, la igualdad, la salud y la educación, entre otros asuntos, lo que recuerda los principales reclamos durante 2019, en referencia al estallido social de la época.

No obstante, la oposición se burló de la derrota de Boric y hasta celebró, aunque en algunos casos tímidamente. Partidos lo responsabilizaron de los nulos ajustes para cambiar la Constitución.

Incluso Democracia Cristiana señaló que ayer ganó “el sentido común”, según un mensaje compartido en redes sociales, mientras que la Unión Democrática Independiente, que participó en esta redacción, admitió el revés, pero lo atribuyó al “cansancio institucional”.

En tanto, otros sectores dijeron que ésta fue una derrota compartida, pues el de 2022 fue contra la izquierda y ahora contra la derecha, mientras que algunos políticos resumieron la votación del fin de semana como una pérdida de tiempo y recursos, pues de nuevo se rechazó y el Ejecutivo desistió de presionar al pueblo para romper con el legado de Pinochet.

 
La Razón de MéxicoAlicia Hamilton